El canario bossu belga
 
A diferencia de otras razas de canario, el canario bossu belga surge no por la búsqueda determinada de un canaricultor (o grupo de canaricultores) de tales o cuales características del ave, sino por una mutación natural del canario de Gante (una raza hoy desaparecida), aunque hay quienes opinan que se trata de una mutación del canario común. El origen de la variedad lo encontramos en el siglo XVII, siendo un pájaro cantor destinado a los miembros de la aristocracia holandesa. Al parecer, la cría de estos canarios era llevada adelante, en esa época, por monjes, quienes los cedían o vendían a los burgueses y nobles.
A pesar de la belleza del animal, hacia principios del siglo XX, la raza parecía estar condenada a la desaparición. Muy pocos ejemplares puros quedaban. Las razones de esta merma en el número de aves hay que encontrarlas en la poca difusión que la raza había tenido fuera de su ámbito de origen, a la falta de interés en la cría durante los años de la Primera Guerra Mundial, y a la utilización de los especímenes en cruzas para mejorar la calidad de otras variedades de canario.
Sin embargo, serios esfuerzos de canaricultores belgas, holandeses y franceses, llevaron a un salvataje de la raza, que hizo que, en la actualidad, podamos seguir disfrutando de estos hermosos pájaros.
Comparado con otros canarios, el bossu belga posee un más que interesante tamaño, siendo los estándares normalmente aceptados entre los decisiete y los dieciocho centímetros.
La coloración del plumaje puede ser lisa o manchada, mas jamás ha de tener tonalidades rojizas (esto se debe a que el color rojizo de las plumas de los canarios se alcanzase por los criadores posteriormente a la fijación de los caracteres de la raza).
Su cuerpo es estilizado, siendo característico su largo y delgado cuello. Todo su cuerpo, a excepción de la parte inferior de las patas ha de estar cubierto por una densa y uniforme capa de plumaje, que, estando el ave en óptimas condiciones de salud, ha de mostrarse brilloso. |